¡Calor! Y las piscinas son una opción más que valedera para aplacar las altas temperaturas de nuestro país, pero, así como son refrescantes, si no se tratan podrían significar un peligro para nuestra salud.
Con el compromiso de cada ciudadano de mantener su salud en las condiciones óptimas posibles, desde el SENEPA se brindan recomendaciones para evitar la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades, como Aedes aegypti.
Para los poseedores de piscinas de lona es aconsejable cepillar con jabón o detergente, realizando movimientos circulares en los bordes. Las patas de metal o plástico, que completan el artículo, deben permanecer tapadas en sus extremos antes de ser guardadas, a fin de evitar que acumulen agua.
En uso y como mantenimiento es también recomendable cepillar bordes, piso y líneas de agua una vez por semana.
Una vez finalizado su uso, nuevamente la piscina debe ser lavada, cepillada en los bordes, piso y líneas de agua para remover sedimentos, moho o huevos de insectos. Posteriormente, deben ser secadas y guardadas.
Para quienes tengan una piscina construida en el patio de la vivienda, se sugiere que el agua sea periódicamente clorada. Asimismo, con la limpieza a profundidad de paredes y fondo evitamos que se vuelvan focos de riesgo para la proliferación del mosquito transmisor del Dengue y otras enfermedades.
Cuando ya no se utilice, la misma debe ser vaciada y cubierta para evitar que las lluvias u otros factores acumule agua y la convierta en criaderos de mosquitos.
La responsabilidad y el protagonismo es de todos.