El SENEPA, a través del Programa Nacional de Control de las Leishmaniasis, desarrolla diferentes actividades para mitigar el impacto de esta enfermedad en la comunidad.
Mediante la descentralización del diagnóstico y tratamiento en todos los servicios de salud, en lo que va del año, dos pacientes adultos con diagnóstico positivo de Leishmaniasis Visceral, recibieron tratamiento y fueron dados de alta en Encarnación y Cambyretá.
Desde el 9 de junio, el Programa Nacional de Control de las Leishmaniasis y la sección de Participación Comunitaria se encuentran en la zona de Itapúa con la misión de articular estrategias con los servicios de salud locales para la detección temprana y tratamiento en los pobladores, así como efectuar actividades de concienciación y control en dos ciudades de este departamento.
A través de visitas casa por casa, charlas y entrega de materiales informativos, se están llevando a cabo trabajos de intervención comunitaria en los barrios 8 de diciembre de Encarnación y Arroyo Porã de Cambyretá, teniendo en cuenta las notificaciones -de un caso por ciudad- de Leishmaniasis Visceral.
Los pacientes adultos mencionados recibieron el diagnóstico y tratamiento correspondientes de acuerdo con los datos epidemiológicos locales, actualmente se encuentran de alta y activos en sus labores cotidianas.
Asimismo, se visitó la VII Región Sanitaria Itapúa de modo a organizar próximas entregas de insumos y todo lo inherente a las acciones que garanticen una atención integral y el diagnóstico oportuno a pacientes con Leishmaniasis, tanto visceral como tegumentaria.
#ConozcamosLasLeishmaniasis
Las Leishmaniasis en humanos se pueden presentar clínicamente de dos formas: tegumentaria y visceral, siendo esta última su forma más grave que, de no ser tratada a tiempo, puede ocasionar la muerte.
En la forma tegumentaria se generan lesiones ulceradas en la piel y/o mucosas y en la visceral se produce fiebre prolongada, desgano, anemia, pérdida de peso y agrandamiento de órganos internos.
Una de las medidas más importantes para controlar la dispersión de la enfermedad es a través del control vectorial en las viviendas, eliminando la basura orgánica (restos de frutas, verduras, hojas en descomposición, entre otros) para evitar que el vector -flebótomo o karachã- se reproduzca.
Para prevenir la picadura del flebótomo es primordial utilizar repelentes de insectos, prendas de vestir que cubran todo el cuerpo, colocar tela metálica en puertas y ventanas y usar mosquiteros en las habitaciones de descanso.