En su decimosexto año de conmemoración, la OPS/OMS y otros socios animan a unir a la comunidad regional contra la malaria y celebrar el éxito obtenido en la lucha contra esta enfermedad.
El día contra la malaria en las Américas ofrece la oportunidad a los países de la región de fomentar la participación y el compromiso de los diversos actores y partes interesadas en las acciones contra la patología.
La estrategia vigente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza la necesidad de prevención, diagnóstico y tratamiento cuidadosamente adaptado e informado por datos locales y patrones de la enfermedad.
La permanente vigilancia es una de las piezas fundamentales en la planeación de programas contra la malaria. Esto ayuda a los países identificar brechas en la cobertura de herramientas de control y tomar acción basada en esos datos.
Paraguay se destaca por haber sido certificado como libre de transmisión autóctona en el año 2018, seguido por Argentina en el 2019 y el Salvador en el 2021, reduciendo el número de países endémicos de 21 en el 2015 a 18 en la actualidad, según la OMS.
Un #PyLibreDeMalaria es una misión conjunta
La estrategia nacional para la vigilancia de malaria está basada en la detección temprana, diagnóstico y tratamiento oportunos, investigación y respuesta (DTIR); modelo implementado en la red de servicios de salud en todo el país.
En torno a la confirmación de un caso, SENEPA realiza acciones de investigación entomológica, seguido de una evaluación de los resultados y la recomendación de acciones de control vectorial ante el riego de importación
En el marco de las actividades para la prevención de la reintroducción de la transmisión y restablecimiento del paludismo o malaria en el Paraguay, el SENEPA participa en la búsqueda proactiva a través de la toma de muestra de gota gruesa, según estratificación de áreas de riesgo a nivel país.
Actividades de prevención y de búsqueda activa se realizan de modo a mantener una vigilancia sostenida en poblaciones asentadas en zonas históricamente endémicas, así como viajeros y migrantes provenientes de países con circulación de la patología.
Aunque el camino hacia eliminación para cada país es único, los impulsores comunes del éxito se han visto en todas las regiones: robusto compromiso político, financiación sostenida, sistemas de salud que no dejan a nadie rezagado y la apropiación y participación comunitaria.